ANSIEDAD, MALDITA
ANSIEDAD.
Que
levante la mano quien nunca haya estado nervioso, quien nunca se haya
enfrentado a una situación complicada y haya sentido que no puede con ello,
quien nunca haya necesitado de alguien a su lado que le eche un cable para poder
seguir adelante…
¿Sois muchos? Yo, sinceramente, lo dudo.
Sé que no
es lo mismo estar nervioso que sufrir ansiedad, pero es por lo que se empieza,
y es por dónde hay que comenzar a buscar la raíz cuando ya todo está
desmadrado.
Actualmente
hay miles de artículos sobre la ansiedad, mucha gente comparte sus experiencias
de manera pública a través de las redes sociales, hay libros de autoayuda, hay
técnicas de relajación, medicamentos…pero aún así sigue habiendo personas que
sufrimos ansiedad y que cuando nos pasa en público siempre hay alguien que
dice: “Vaya tontería, relájate y ya está.”
Señores y
señoras, si fuese tan sencillo no existiría la palabra ansiedad, no existirían
los médicos (y medicación) que te ayudan con este problema y no existirías los
cientos de estudios sobre esto.
Antes de sumergirme
en este tema, con mi experiencia y, obviamente nunca como profesional, quiero
compartir algo con vosotros.
Hace unos
años, para un certamen de relatos cortos de una página, que ya ni existe,
publiqué este texto que os dejo a continuación.
Lo
comparto y después sigo, espero que os guste.
************************************************************************************************************************
Otra vez, otro evento lleno de gente, una
boda esta vez. Tu mente comienza a llenarse de negatividad sin poder
controlarlo y tú te repites una y otra vez: ¡Pero si tienes muchas ganas!
Ese día te levantas con esa horrible sensación en el estómago, las manos sudando y presión en la mandíbula y el pecho, quedan horas pero tú ya lo ves tan cerca…
Te propones que no te vuelva a pasar, eres consciente de que cuando te pasa te conviertes en un centro de atención que para nada quieres ser. Así que comienzas bien, siguiendo todos los consejos memorizados, respiras lento y pausado, visualizas tu día, piensas en todo por adelantado, regresas incluso al anterior momento como este y piensas: ¿a que al final no pasó nada? ¿A que lo superaste con éxito? ¿A que lo pasaste genial? Llevas incluso por escrito una frases que sabes que siempre te ayudan.
Pero tú intentas pensar en una cosa y tu mente solo sabe pensar en la contraria, en el pico más alto de tu malestar, la sensación de opresión en el pecho, el mal rato en el lavabo, el ver pasar la comida y sentir náuseas…(¡con lo que te gusta comer!)
Te tomas el día con calma, con infusiones de relax y medio absorta en tu mundo, esta vez parece que va mejor, pero no olvidas que tienes una pastilla que te calma, sabes que sin ella localizada sería peor…
Se acerca el momento, cuanta gente, todos te saludan, te dicen lo guapa que estás…y tu por dentro estás a punto de estallar, las lágrimas desbordan tus ojos y creen que es de emoción, a lo que tu respondes que sí, que estás emocionada.
Notas la mano amiga que aprieta la tuya y sabe lo mal que lo estás pasando, pero tú solo piensas en ese vaso de agua que necesitas y esa pastilla en el fondo del bolsillo interior del bolso de mano.
Ese día te levantas con esa horrible sensación en el estómago, las manos sudando y presión en la mandíbula y el pecho, quedan horas pero tú ya lo ves tan cerca…
Te propones que no te vuelva a pasar, eres consciente de que cuando te pasa te conviertes en un centro de atención que para nada quieres ser. Así que comienzas bien, siguiendo todos los consejos memorizados, respiras lento y pausado, visualizas tu día, piensas en todo por adelantado, regresas incluso al anterior momento como este y piensas: ¿a que al final no pasó nada? ¿A que lo superaste con éxito? ¿A que lo pasaste genial? Llevas incluso por escrito una frases que sabes que siempre te ayudan.
Pero tú intentas pensar en una cosa y tu mente solo sabe pensar en la contraria, en el pico más alto de tu malestar, la sensación de opresión en el pecho, el mal rato en el lavabo, el ver pasar la comida y sentir náuseas…(¡con lo que te gusta comer!)
Te tomas el día con calma, con infusiones de relax y medio absorta en tu mundo, esta vez parece que va mejor, pero no olvidas que tienes una pastilla que te calma, sabes que sin ella localizada sería peor…
Se acerca el momento, cuanta gente, todos te saludan, te dicen lo guapa que estás…y tu por dentro estás a punto de estallar, las lágrimas desbordan tus ojos y creen que es de emoción, a lo que tu respondes que sí, que estás emocionada.
Notas la mano amiga que aprieta la tuya y sabe lo mal que lo estás pasando, pero tú solo piensas en ese vaso de agua que necesitas y esa pastilla en el fondo del bolsillo interior del bolso de mano.
Llega el listo que dice que lo que te
pasa es una chorrada, que hay que ser valiente y que eso son imaginaciones
tuyas... y decides que es el momento que menos soportas y metes la mano
lentamente en el bolso, sacas la pastilla, con disimulo, coges un vaso de agua
y rápidamente la tomas…sintiendo por dentro que esta sensación tiene 15 minutos
de fecha de caducidad, mientras piensas que no está bien tomar de nuevo la
pastilla y esperas poder superar la siguiente sin ella…poco a poco…
*********************************************************************************
¿Os
habéis sentido identificados con alguna de estas situaciones? ¿Conocéis a
alguien con ansiedad? ¿Conocéis a alguna persona de las de “son chorradas”?
Lo
primero de todo es saber qué es la ansiedad o cómo la describen.
Si
buscamos el significado de la palabra ansiedad vamos a encontrar cientos de
referencias, una de las que mejor lo explican es esta:
Se trata de la condición de una
persona que experimenta una conmoción, intranquilidad, nerviosismo o
preocupación. Para la medicina, la ansiedad es
el estado angustioso que puede aparecer junto a una neurosis u otro tipo de
enfermedad y que no permite la relajación y el descanso del paciente.
En mi caso, cuando me pasa, siento
taquicardias, vómitos, estómago cerrado y una manera de llorar incontrolable, y
odiosa, que me ha fastidiado más de dos y de tres buenos momentos.
Es verdad que a cada persona se le
manifiestan con diferentes síntomas, conozco a una persona cuyos dolores de
cabeza son insufribles y a quienes sudan tanto que mojan camisas enteras en
menos de 5 minutos, pero en general las taquicardias u opresión en el pecho
están presentes en casi todos los casos.
Yo hace un
tiempo que no tengo ataques de ansiedad de los que me impiden hacer mi vida normal
(digo
esto tocando madera). Me sigo poniendo
nerviosa, incluso parece que va a aparecer esa horrible sensación, me sigo agobiando
en algunos momentos, pero la verdad es que últimamente he podido controlar
bastante estas situaciones.
Ceo que
por fin, poco a poco, lo voy consiguiendo y, lo más importante, creo que, poco
a poco la gente que tengo a mi alrededor saben lo que me pasa y se dan cuenta
de que es real, que no es simple nerviosismo y que realmente lo paso muy mal
físicamente.
En el
último año he ido a conciertos multitudinarios sin agobiarme, he viajado en
avión, en autobús, en barco, he ido a espectáculos en lugares cerrados llenos
de gente…he hecho cosas que nunca había dejado de hacer pero que llegaba a
odiar por lo mal que lo pasaba.
Pero no
quiero decir, o más bien no puedo, que ya no sufro ansiedad. Sé que puede
aparecer en cualquier momento y lo que tengo que tener claro es que sí que
puedo con ella, sí que puedo superarla, sí que puedo salir de un pico de
ansiedad aunque tarde un poco, que después va a ser todo otra vez nada más que
disfrutar…
Igual de importante que solucionar
este problema con uno mismo, es hacer entender a los que dudan de que esto sea
real que convivir con ansiedad es duro. Básicamente porque en muchos casos no
sabes si algo nuevo va a producirte el malestar o esta vez no va ni a asomar. Y
eso es casi peor, la incertidumbre de no saber muchas veces en qué momento vas
a necesitar parar para controlarlo. Por eso las pastillas para la ansiedad
suelen ir en un lugar exacto de mi bolso siempre.
Además de que te conviertes en un
centro de atención que no quieres y cuanto peor te pones más te miran…y la bola
se hace muy grande.
Por lo tanto yo os animo a, por lo
menos, no dudar de quien os diga que lo está pasando mal. Porque eso es lo peor
de todo.
Intentad entender a la otra persona
y buscad una manera de ayudar.
Dese mi experiencia: olvidaos de
decir tranquilo mil veces, de hablar del tema o de compadeceros. Es mejor
intentar despejar la mente cambiando de tema y buscando incluso el humor y las
risas.
Cambiar el tema de conversación
distrae y se consigue que la mente deje de focalizar lo que nos agobia. Por eso
es importante que quienes tengamos con nosotros sepan cómo ayudarnos.
A todos los que opináis que esto
son “pamplinas”, “chorradas”, “tonterías”…simplemente, que no os pase.
Espero que esto os haya abierto un
poco los ojos.
Espero que os haya parecido
interesante.
Gracias por leerme.
Gracias por los comentarios aquí y
en otros sitios.
Completamente de acuerdo. Qué difícil es vivir así y que desconsiderada suele ser la gente. odio profundo a los que siempre dicen: "Vaya tontería!" Me ha gustado mucho. Un saludo
ResponderEliminarGracias!!
EliminarNo se podía haber descrito mejor una sensación!!
ResponderEliminarGracias guapa!! un abrazo!
EliminarEstoy de acuerdo con cada una de tus palabras. Sin duda, nunca se imagina uno lo que es hasta que lo sufre y lo dificil que es que te entiendan...
ResponderEliminarGracias!!
EliminarLa gente que no hemos sentido nunca esa sensación podemos comprender mejor lo mal que se pasa y ayudaros en caso de estar cerca en algún momento dificil...aun así, espero que siga estando mucho tiempo controlada! Un besado
ResponderEliminarMaria
Muchas gracias por tu comentario! Un besazo!!
EliminarCuanto te entiendo. Yo antes era una persona que viajaba sólo a otros países, me perdía por los caminos con mi bici y no había concierto al que no quisiera ir. Hace ya tiempo que convivo con esa dichosa pareja de baile y que nadie comprende que me ha hecho ser una sombra de lo que un día fui. Espero volver a reencontrarme.
ResponderEliminarSeguro que si, que pronto vuelves a reencontrate. La verdad es que es algo duro pero con fuerza de voluntad y paciencia al final se consigue. Un besazo!!
EliminarOlé Carmen, qué valentía para contarlo y qué buena descripción. La ansiedad no tiene cura, sencillamente hay q educar a la mente para que aprenda a detectarla y le ponga freno. Tú puedes!!!
ResponderEliminarGracias Yoana. La verdad es que poco a poco he ido pasando situaciones de estrés con mucha más valentía de lo que lo hacía antes. Así que supongo que mi cerebro comienza a estar más educado. Mil gracias por pasarte por el blog y dejar tu comentario. Un besote!
EliminarYo sí tengo ansiedad, va y viene, en función de la época por la que esté pasando. Y no me entendían. Lo pasé muy mal hasta que poco a poco hice comprender a los que me rodeaban que yo no podía controlar -no por entonces- lo que me pasaba. Con el tiempo, y sin medicación, he ido aprendiendo a conocerme, a reconocer ciertos síntomas y tratar de canalizarlos. Pero esto de la ansiedad, de los ataques de pánico y toda la familia es un asco. Besos desde www.lecturapolis.com
ResponderEliminarGracias por tu gran comentario. Yo también voy reconociendo todas la sposibles situaciones y poco a poco he sabido controlarla. Un besote!!
EliminarEstupenda reflexión, una vez más. La ansiedad, así como muchos otros sentimientos y estados mentales, es algo que solo el que lo sufre o experimenta conoce el verdadero alcance de su dimensión. Cada cual vive y siente de una manera el mundo que le rodea y las cosas que en él suceden. Así que, estoy completamente de acuerdo en que menospreciar la intensidad con la que vives un sentimiento o estado de ánimo es solo un claro signo de ignorancia. Puede que tarde o temprano todos pasemos más o menos por lo mismo, al fin y al cabo, pero cada cual tiene el derecho, y también el deber, de vivir su vida a su manera y sus sentimientos son solo suyos, de nadie más.
ResponderEliminarEsta frase tuya me la guardo: "cada cual tiene el derecho, y también el deber, de vivir su vida a su manera y sus sentimientos son solo suyos, de nadie más." Hay muchos que no se dan cuenta de que mi vida es mía y si necesito salir de un concierto y me pierdo dos canciones ni soy idiota ni le hago daño a nadie porque no obligo a salir conmigo. jajjaja Un besote
ResponderEliminar