lunes, 2 de julio de 2018

CUIDANDO DE MI PROPIO HILO.



En las últimas semanas han sido varias las personas que me han preguntado por el blog, e incluso dos de ellas me han dicho que lo echan de menos. A algunos os parecerán pocas, pero a mí me ha hecho tremenda ilusión.
Nunca ha sido mi intención abandonarlo y nunca ha desaparecido de mi cabeza la idea de seguir con él. De hecho estos meses sin publicar no he dejado de escribir ni de apuntar cosas que me vienen a la cabeza, y que si no las apunto terminan quedando en el olvido. Pero necesitaba poner orden muchas cosas y mis momentos sola frente al ordenador han disminuido drásticamente.

Dicho esto… ¡He vuelto! Y con la promesa, a mi misma sobre todo, de hacer esto sin que pase tanto tiempo. Porque también yo misma lo he echado de menos.

Vuelvo al “mundo blog” con una reflexión que me lleva mucho tiempo dando vueltas en la cabeza. El hilo más importante es el que nos une con nosotros mismos, el que nos conecta con nuestro propio yo, y es, normalmente, el que menos cuidamos.

Vivimos en una sociedad que nos acribilla con cientos de estímulos, de consejos, de artículos tipo: “las 10 cosas más importantes para…”, “entra y descubre los 5 motivos por los que…” y, además de esto,  todo el mundo tiene un consejo para los demás, todos terminamos compartiendo frases alentadores en las redes sociales, todos leemos hasta en los paquetes de cereales consejos para ser mejores, para avanzar, para “ayudarnos” a tomar buenas decisiones.  Y eso es, desde mi punto de vista, ya un poco aburrido. Entre las redes sociales, los medios de comunicación y la gente que sabe de todo nos “sobre aconsejamos” de cualquier tema y tomar decisiones quizás hasta resulte más complicado.
Y no, al primero que hay que escuchar es al consejo de nuestra intuición, que suele ser el que al final mejor nos va a venir.

Uno de los consejos que creo que más escuchamos es: “Para atrás ni para coger impulso”, pero yo no estoy de acuerdo.  Creo que  a veces es bueno retroceder un poco para darnos cuenta de porqué algo ha ocurrido de cierta manera,  de lo que hemos hecho mal o simplemente para ver algo desde otra perspectiva, para entender cómo solucionar o cómo volver a hacer las cosas o, cómo no volver a hacerlas. Y si no queremos retroceder…simplemente parar y tomar aire profundamente.

De hecho creo que es bueno dejar de leer tantas frases bonitas, tanto consejo enlatado y tanto consejo generalizado porque, en realidad, muchas veces la gente las usa para “mandar indirectas al prójimo” en vez de para el provecho propio. Veo a mucha gente que comparte el mensaje típico de “vive y deja vivir” y luego están más metidos en la vida de los demás que en las suyas propias, y eso cada día me estomaga más.   

Podemos, obviamente, pensar igual en muchos casos, pero siempre habrá matices que para nada son malos, si no que son lo normal.

Para que uno esté a gusto consigo mismo yo pienso que es muy importante tenerse en cuenta  a la hora de tomar decisiones, obviamente se deben tomar en cuenta los consejos de la gente que nos quiere, o si nos gusta una frase motivadora tampoco hay que pisotearla, pero al final deberíamos hacer lo que de verdad nos parece a nosotros, a riesgo de un tropiezo.
Y si se tropieza…simplemente, volver a quererse, besarse, hacerse de nuevo caso, darse cariño o darse un capricho y volver a seguir adelante.  

Yo a veces me digo a mi misma: “Deja de pensar en todo, aparte de en ti misma, un rato al día, haz lo que te apetece, lo que te gusta, lo que quieres sin importarte lo que los demás digan o lo que los demás piensen. Mientras no le hagas daño a las personas que te rodean creo que te mereces ese hueco personal diario y te beneficia.”

Así que…
Desconecto.
Desaparezco por un tiempo.
Busco aire limpio en medio de todo lo contaminado.


Obviamente no me hago daño, busco el equilibrio y siempre que me tomo este tiempo propio lo hago para mejorar, para mi beneficio.

Si me apetece leer un rato, leo.
Si quiero pasear media hora, paseo.
Si simplemente quiero sofá y tele, me tumbo en el sofá y veo la tele.  

Claro está que tampoco me voy a encerrar en mi misma y voy a dejar de lado a las personas que tengo a mí alrededor, a los que de verdad merecen la pena. Pero seleccionar quien merece la inclusión en mi círculo de bienestar es también un ejercicio de quererse de verdad a uno mismo.

Me he propuesto alejarme de toda esa “gente tóxica” que lo único en lo que piensan es en cómo fastidiar  a los demás, criticar, poner en duda las capacidades de los que le rodean, no suelen tener escrúpulos y se preocupan demasiado de lo que hacen o dejan de hacer sus semejantes y poco por lo que hacen ellos.

Así que después de reflexionar bastante y de priorizarme a mí frente a otros creo que estoy en un punto que me gusta más y del que disfruto mejor. No le voy a negar nada a quien creo que merece mi ayuda, pero no voy a tener reparos en decir que no a ayudar a quien no lo merece.

Espero que mi regreso sea para quedarme muuuchas semanas seguidas.


¡Vuelvo con fuerza y con energía!
Gracias de corazón a todos los que me habéis preguntado, los que habéis echado esto de menos y los que habéis dejado que tomase mis propias decisiones sin nada más que apoyarme.


Y ya sabéis… ¡os agradezco muchísimo los comentarios!

ENERO BONITO, ¿NO CREES QUE HAS CORRIDO UN POQUITO?

                                   Esta mañana cuando me he sentado al ordenador me he dado cuenta de que ya tenía que pasar págin...