No hace ni 24 horas que ha terminado Noviembre y ya parece que todos estamos de
lleno en plena navidad.
Pero si lo
pensamos detenidamente para Nochebuena quedan 24 días, y un mes entero
para entrar en el 2018, ¿tenemos prisa por acabar el año?
Yo desde
luego no.
Y no es
que haya sido el más maravilloso de los años, pero es que no me gusta esta
sensación de que todo vaya tan deprisa. Ya sabemos que a medida que crecemos,
la vida parece ir más rápido, pero en este caso es que nosotros le echamos una
mano.
Hace ya
varias semanas que se ven luces de navidad en escaparates, calles e incluso a
través de las ventanas en casas particulares. De hecho hace ya más de un mes
que venden turrones y polvorones en los supermercados, antes de Todos los
Santos ya teníamos al Almendro y compañía en los lineales, al ladito de las
chuches de Halloween y de los buñuelos.
Y no
vayáis a pensar que lo que pasa es que no me gusta la Navidad, porque me encanta, pero
considero que vamos un poco con prisa. Las cosas deben de hacerse a su debido
tiempo y, entiendo que los comercios, las marcas o las grandes empresas tienen
que hacer su marketing, pero es que creo que dentro de unos años en vez de
apuntarnos al carro del Black Friday para comprar los regalos de navidad,
¡vamos a provechar las rebajas de verano!
Yo soy una
enamorada de la época navideña. Me
encanta decorarlo todo (al contrario que al otro habitante de mi casa), me
encanta poner a mesa con detalle, me encanta que vengan a comer o a cenar todos
a casa, y me encanta, más que recibir regalos, hacer regalos.
Disfruto más viendo si lo que he comprado para alguien ha sido un acierto. Lo
malo es cuando no lo ha sido jajjajaj…aunque tampoco suele molestarme mucho, es
algo que tiene siempre solución.
En
mi casa ahora, y en casa de mis padres desde que yo recuerdo, el puente de Diciembre es la fecha pistoletazo para
empezar con el ambiente navideño.
Siempre
encuentro un rato para disfrutar alborotando la casa con el árbol, el belén,
las postales que sigo rescatando para poner por todas partes, las guirnaldas,
las luces…vamos, que me vuelvo medio loca un día entero cambiando la decoración
de mi casa. Y es que además me parece precioso como queda todo.
Y, como ya
me he metido de lleno en el tema Navidad, me he puesto a pensar en algunas
cosas: ¿Sois tradicionales en Navidad? ¿Qué tradiciones seguís? ¿Cuáles habéis
olvidado? ¿Cuáles habéis comenzado??
Yo
personalmente tengo muchas muy arraigadas, otras que ya no recuerdo cuando fue
la última vez que hice y otras nuevas que he comenzado no hace mucho.
Entre las
de siempre, como os decía por ahí arriba,
están la de poner el árbol, el belén y demás decoraciones en el puente de
diciembre. Incluso si salgo de viaje, aprovechando la fiesta, dejo la casa que
parece salida de una postal.
Pero sin
duda alguna la mejor de todas es la vuelta a casa de los que viven
lejos. En nuestra familia ya estamos acostumbrados a tener a la mitad
de la familia dispersa por el mundo y este año, de hecho, vamos a echar en
falta a alguien que va a estar demasiado lejos. Va a cumplirse la tradición a
medias y quizá en Nochebuena tengamos a alguien a la mesa dentro de una
pantalla. A todo hay que acostumbrarse porque así es la vida.
También espero con ganas la comida con mis amigas que cada año nos es más complicado organizar, pero que siempre ponemos ganas y algo siempre hacemos.
Por otro
lado, y para una “foodie” como yo, esta temporada se convierte en un disfrute tras otro de platos
elaborados, comidas y cenas fuera de casa, catas de vinos y mesas llenas de
dulces. Aunque de estos últimos yo solo disfruto de las deliciosas
cerezas al
marrasquino, una de mis perdiciones, y del roscón de reyes, el resto está
prohibido para mí. También es cuando pongo en práctica recetas que tenía ganas
de hacer y otras que ya me piden que haga.
Los regalos son otra de las
tradiciones que no perdemos. Es verdad que sin niños en casa es algo diferente,
pero os puedo asegurar que el día de Reyes yo soy como una niña y me encanta,
mi madre dice que parece que tengo 10 años ese día de lo emocionada que me
pongo.
Desde hace
unos años hacemos el amigo invisible con tíos y primos que si
non el gasto se dispara, pero entre los de casa casa siempre nos regalamos algo
y, a poder ser, sorpresa.
Hay muchas
más que no pierdo con el paso de los años, como coger ciertos números
en la lotería de navidad, pasar esa mañana mirando de reojo los números que
van saliendo, intentar averiguar el primer anuncio del año (esta es más
complicada cuando viajas, pero lo intento), meter algo de oro en las
copas de champan o no poder nunca comerme las 12 uvas porque
me atraganto.
Y no os
asustéis, pero la última de la que quiero hablaros es la siguiente: llorar.
Siempre se
me caen las lágrimas al felicitarnos en Nochebuena, al despedir el año, en la
comida con la familia, la mañana de reyes…en fin, que una que es sensible pues
vive llena de emociones, unas buenas, unas malas, otras regulares, y como nunca
me ha importado mostrar esos sentimiento, siempre soy la llorona de casa. Antes
me importaba más, y cuanto más se reían o me decían que estaba boba más
lloraba, ahora ya saben que me va a pasar y ya no me dicen nada. Ahora incluso
compartimos ratito lacrimógeno.
Entre las
que estoy dispuesta a rescatar este año está una que hace años (muchos) era de las que más me gustaban.
Y que
sepas Yolanda que esta la rescato gracias a ti. Voy a enviar
postales escritas a mano. Hace muchos años recuerdo la ilusión con la
que llegaba al buzón
de casa de mis padres una vez comenzaba diciembre. Siempre
he tenido muchas amigas repartidas por la geografía española y nos enviábamos
postales en Navidad y cartas el resto del año. Con ese recuerdo muy presente me
apetece hacer llegar este tipo de felicitaciones a personas a las que por uno u
otro motivo no voy a ver en Navidad.
Y como
segundo rescate de época navideña voy a poner villancicos en
casa. Como tengo un tocadiscos nuevo me he comprado un vinilo y
voy a crear una atmósfera aún más navideña en casa. Esto lo recuerdo en casa de
mis padres y me encantaba. El hilo musical por toda la casa sonando y mucha
gente en casa. No veáis la de veces que escuchamos el disco especial navidad de
OT1 cuando nos dio por ahí.
Y le llega
el turno a las nuevas tradiciones. Esas que no hace tanto que
practico pero que se van haciendo un hueco en nuestras vidas.
Cocinar
para mi familia se ha convertido en algo que me encanta, y que ya llevo
unos años
haciendo. Espero poder hacerlo muchos años más y juntarlos a todos a la mesa el
día de Reyes. Este año ya estoy con el menú en mente hasta tengo una petición.
Celebrar
la Nochevieja lejos, en otra ciudad, y a poder
ser salir de nuestras fronteras. Quizás esta lleva poco tiempo, pero la
experiencia ha sido preciosa y este año repetimos. ¿Dónde? Ya os lo contaré más
adelante…
Otra que
llevo practicando unos años es ayudar a
los demás, no es algo que se tenga que hacer
sólo en navidad, pero es una época en la que hay más campañas de concienciación
y parece que nos llega más. Yo por mi parte participo en la recogida solidaria
del banco de alimentos, hago varias donaciones a ONGs y hace tiempo que con
varias tarjetas de puntos o páginas de encuestas me dan la oportunidad de donar
los puntos para convertirlos en vacunas, kilos de alimentos o dinero en
efectivo para alguna campaña. Hay muchas a las que se pueden donar y yo os
animo a buscar entre todas la que más se ajuste a vosotros, y dejar una parte
de lo que nos vamos a gastar estas fechas para gente que lo necesita más que
nosotros.
Para
terminar, y con algo de esa nostalgia que a veces me embarga, le llega el turno
a las tradiciones perdidas.
Ir al cine
a ver la última de Disney y
hacer una cola enorme para entrar. Estar con mis hermanas y todos mis primos
deseando que llegue el día en el que nos lleven, es algo que hemos perdido. Y
no es porque nos hayan dejado de gustar las de Disney, que en casa las volvemos
a ver en Navidades bien calentitas en el sofá, pero ya no vamos todos los
primos juntos al cine, ni a ver una que no sea de dibujos.
Pasar un
fin de semana en Madrid y ver el mercado de la plaza mayor, también es algo que llevamos años sin hacer todos juntos.
Recuerdo con añoranza llenarnos los bolsillos de bromas para los santos
inocentes, comprar pelucas que pensábamos nos sentaban bien o ir por la calle
todas dignas (con 7 u 8 años) con esos puritos llenos de polvos de talco y
creyendo que la gente se lo creía.
Lo que nos
gustaba decirle a mi abuela: "Mira abuela, estoy fumando."
Esta la
verdad es que, por el barullo de gente, no es que la eche de menos, si no que
me trae recuerdos muy felices.
En estas
últimas entran las que se pierden de manera inevitable porque nos falta alguien querido, esas
que desearíamos no haber perdido pero que esta rueda que no para lo hace
inevitable. Pero a riesgo de ponerme ñoña mientras escribo, pienso que espero
no olvidar nunca ciertas sensaciones que no van a volver, como el olor de casa
de mi abuela el día de Navidad, o ayudar a mis abuelos a poner el belén en la
entrada de casa, con unas figuras a las que cada año les faltaban más brazos,
piernas y color. Hasta íbamos a por musgo de verdad que nos pasábamos regando
con un “fus-fus” todas las navidades.
Creo que
al final he terminado incluso con más ganas de Navidad que las que tenía al
empezar a escribir. Aunque sigo pensando que
cada vez comenzamos antes a preparar esta época del año. Quizás a todos nos
pasa lo mismo con estas fechas y es una época que esperamos con ganas, salvo
excepciones, y por eso cada vez comienza todo antes. Nos metemos en una especie
de burbuja de positivismo llena de mensajes de alegría que, además, vivimos a
la vez en todo el mundo, por lo que es algo muy globalizado.
Espero que
este año no corra demasiado el tiempo, y que disfrutemos de estas semanas que
quedan por delante llenas de preparativos. Que de eso también trata la Navidad,
de disfrutar de todo lo que viene delante, aunque cada vez empecemos más pronto.
También
deseo que las personas que lo pasan mal en estas fechas puedan, poco a poco,
recobrar la alegría que llega a las casas estos días y los malos recuerdos se
queden en el pasado, se vayan quedando con los buenos y construyendo otros
nuevos.
Espero que
os haya gustado entrada. Muchas gracias a todos por leerme y contadme ¿Qué vais
a hacer vosotros en Navidades? ¿Cuáles son vuestras tradiciones? ¿Qué
echáis de menos?
Saludos. Carmen
.